lunes, mayo 29, 2006

son unxs salvajes

ANARQUÍA HIC ET NUNC

x Chaparrón Bonaparte

Uno de los compromisos más difíciles de asumir por parte de aquellxs que nos reivindicamos como partidarixs del anarcoprimitivismo o del anarquismo salvaje o como quiera llamársele, es la aplicación de la teoría en el aquí y ahora, en nuestra vida cotidiana. Obviamente esta aplicación no es un "renunciar" a la vida civilizada y "acoger" la vida salvaje de un día para otro como quien pasa de fumar droga en la calle y se pone un traje al otro día para ir al templo evangélico, cuando hablo de aplicar la teoría en la vida cotidiana afirmo que hay que ejercer la anarquía cada día en un modo cada vez más radical, como quien educa el cuerpo para que pueda levantar cada día más peso o caminar distancias más largas (no hablemos de quienes educan el cuerpo para comer menos o pasar más tiempo despiertos).

Si quieres dejar de trabajar pues tendrás que hacer algo que te permita vivir ociosamente, pero dejar de trabajar no es como dejar de consumir o dejar de estudiar, esas son pequeñas liberaciones pero no son cambios radicales. Cuando asumes dejar de trabajar debes someterte a un disciplinado y riesgoso plan para el desorden, es tu lucha individual contra el monstruo del trabajo asalariado, del empleo e incluso del trabajo a destajo. Debes asumir que tienes que okupar, que tienes que robar ("liberar productos" es una forma políticamente correcta de decirlo), que tienes que comenzar a conseguir tus alimentos de otra forma y de suplir tus necesidades sin o con muy poco dinero; pero necesitas algo de dinero, por lo menos un poco, no siempre te vas a poder movilizar en bicicleta o a pie, no puedes robar siempre todo lo que comes, cuando seas desalojado de tu casa ocupada no puedes vivir en la calle…

Cuando hablo de vivir la anarquía en el día a día no me refiero al "no futuro" punk y su exaltación de la indigencia y la autodestrucción, no hablo de que tengas que vivir mal, ni que tengas que pasar necesidades, no tienes que dejar de comer, ni de hacer lo que te gusta, es más, si te gusta ver televisión pues síguelo haciéndolo, si te cuestionas sobre como llegar a la anarquía no creo que ver "televisión burguesa", como la llaman los izquierdistas, sea el fin del mundo.

En cierta medida somos adictos al sistema, dejar muchas cosas nos va a producir poco menos que un síndrome de abstinencia; el problema, creo yo, es que como anarquistas nos quedamos mucho en la renuncia y poco hacemos por construir la anarquía; aún somos muy religiosos en este aspecto (y muchos más). Nos encanta renunciar a cosas muy visibles: dejamos de usar champú e incluso dejamos de bañarnos, renunciamos a la televisión aunque a veces queramos verla, renunciamos a las bebidas y comidas industrializadas, o renunciamos a la compra de productos animales y nos volvemos veganxs, renunciamos a los espectáculos públicos, renunciamos a ir a la iglesia… eso es fácil, y en ocasiones, si lo que buscas es simplemente unirte a un grupo seguramente estas renuncias lo que harán es que te vuelvas un ser resentido con aquellos que no han renunciado, como el monje que de verdad renunció al sexo y odia al lascivo.

En realidad creo que no deberíamos renunciar a nada a menos que sea placentero para nosotrxs, si nos sentimos mejor con esa renuncia entonces lo mejor es hacerla. Por ejemplo, si amas a los animales de seguro te sentirás mejor si renuncias a la compra de artículos hechos con animales o que hayan sido probados en ellos, o si eres feminista de seguro te sentirás mejor si renuncias a la televisión donde la representación de la sociedad patriarcal es dominante, o renunciarás al cine basura y solamente verás películas políticamente correctas.

Lastimosamente, aunque esta forma de renuncia es muy fácil, por lo general preferimos las renuncias que nos hacen daño, nos autoflagelan o nos martirizan. Si te duele es bueno, esa es la consigna. Ya Kaczynski trabajó ampliamente este problema del masoquismo izquierdista por lo que no pienso ampliar esto aquí, además es bastante visible y para cualquiera que haya pertenecido o pertenezca a uno de estos grupos no le estaré hablando de algo extraño.

A lo que quiero llegar es que muchas veces la anarquía se convierte para nosotrxs en una acumulación de renuncias autodestructivas donde es más anarquista el que más renuncias tenga en su haber (y si aparte ha sido martirizado por el sistema es poco menos que un héroe) Entonces, para muchxs, la anarquía se representa poco menos que como un monasterio donde a lo único que no se renuncia es al sexo (siempre y cuando surja en un contexto de igualdad de género). No sé, pero si eso es la anarquía no creo que nadie quiera apuntársele, es más, creo que si esa es la anarquía habría que obligar a la gente a que viviese a un mundo así.

Esta representación de la anarquía no es un problema insondable, es tan sólo un problema heredado de décadas de izquierdismo mezclados con una fuerte ética cristiana (y no me vengan con que ser atex es condición suficiente para no tener una ética cristiana, ojo con eso) por lo tanto es algo que podemos solucionar si mejoramos nuestra visión de los objetivos inmediatos que podemos obtener, del futuro inmediato que queremos.

La izquierda históricamente ha dejado para mañana el futuro (y ni que decir del comunismo que lo dejó para pasado mañana), y esto es lo que hace que la mayoría de los militantes de izquierda sean al final unxs resentidxs de la revolución, acostumbrados a la derrota estallan algún día y se vuelven fascistas, simplemente descartan la posibilidad de ese futuro al cual no vieron ni de lejos; y ni qué decir de la crisis emocional que sufrió la izquierda cuando el espejismo de futuro que tenían se cayó junto con un muro de cemento (tan fuerte sería) y entonces resultó que la Canaán que les habían mostrado no era más que una maqueta hecha de cartón.

Si dejamos para mañana el futuro simplemente seguiremos renunciando y renunciando a cosas visibles sin profundizar nunca la acción. Nuestra vida diaria puede ser una insurrección continua o el ascenso voluntario al Gólgota, y esa es una elección individual. ¿Por qué mejor en lugar de renunciar a comer en Mc Donnalds no pensamos en como renunciar a nuestros trabajos? ¿Por qué mejor en lugar de renunciar a estudiar ingenierías o ciencias duras no renunciamos a estudiar en cualquier tipo de institución? ¿Por qué mejor en lugar de renunciar a comer alimentos genéticamente modificados no renunciamos a comer cualquier tipo de alimento que no haya sido producido por nosotrxs mismxs? Simple y sencillamente porque esas son decisiones riesgosas, decisiones que implican el futuro, que lo cambian y que posiblemente no se podrán remediar; estas son decisiones que no implican solamente la simple supervivencia, implican así mismo aspectos emocionales y culturales, asumir decisiones radicales de este tipo no es una cosa fácil donde el principal campo de batalla es nuestra propia cabeza.

Estas acciones no son renuncias en cuanto tales, cuando renuncias simplemente dejas algo y dejas de recibir lo que esto te daba, no lo cambias por algo mejor: si renuncias a tener dinero sólo ganas vivir sin dinero, ¡la renuncia siempre es negación y vivir en términos negativos es algo enfermo! Dejemos entonces de hablar de renuncia y asumamos que vamos a rechazar en nuestras vidas cotidianas un elemento (no una manifestación) del sistema para ganar un elemento de la anarquía. Esto no es algo que podamos tratar aquí con teoría de conjuntos o algo así (por lo menos dentro de mi pobre concepción de la teoría de conjuntos y las matemáticas), no quitamos algo del conjunto sistema y añadimos uno al conjunto anarquía; si ni siquiera sabemos bien qué es la anarquía cómo vamos a saber si estamos añadiendo uno o dos manifestaciones o elementos… Este no es un proceso cuantificable, a duras penas es cualificable y se siente más de lo que puede ser expresado por palabras u otro sistema simbólico.

Entonces, reconocemos ciertos elementos que consideramos claves dentro del sistema capitalista, los cuales varían según la tendencia en la cual estemos vinculadxs. Tomemos uno de esos elementos claves y analicémoslo para hacernos una idea de lo que estamos hablando. Como el escritor es dictador sobre el lector yo escojo (porque no sé cual escogería usted) el trabajo; para nosotrxs el trabajo es poco menos que un castigo (como dice Benny More en el negrito del batey); el trabajo ha sido duramente cuestionado desde los anarquistas clásicos hasta los posmodernos pasando por los situacionistas y los anarcoprimitivistas; obviamente no sólo lxs anarquistas lo han criticado y rechazado, marxistas como Paul Lafarge son grandes exponentes de las posiciones antitrabajo. No voy a entrar aquí en el debate sobre el rechazo del trabajo, debate sobre el cual existe buen material que ronda por todo el Internet; simplemente diré que soy partidario de que la anarquía incluye el no-trabajo.

Ya que hemos tomado la decisión de dejar de trabajar, decisión sumamente placentera pero altamente riesgosa, entonces entremos a valorar sus implicaciones. Dejar de trabajar SI es empezar a ser perezosx y ociosx, sólo a lxs patronxs les puede molestar que una persona descanse, de por sí hay comunidades donde se trabaja intermitentemente tres horas y media al día ¡como máximo!; eso de repetir la misma tarea una y otra vez durante nueve o más horas por seis o más días es poco menos que enfermizo. Bueno, ya, entremos en materia: el problema se plantea en que vamos a rechazar el trabajo para recibir el ocio y la pereza, vamos a quitar un elemento del sistema de nuestras vidas cotidianas y esperaremos construir un elemento de la anarquía en estas. Pues bien, dejar de trabajar no es una cuestión que simplemente conlleve pasar una carta de renuncia: desemplearse no es dejar de trabajar. Si no estamos preparadxs para asumir el control de nuestra vida cotidiana al momento de rechazar el trabajo simplemente vamos a fracasar y tendremos que volver a buscar trabajo (… y con lo difícil que está hoy en día encontrar un empleo…) Así que antes de decidir tomar unas vacaciones no pagas es mejor analizar detenidamente el problema.

Como dejar de trabajar no es lo mismo que dejar de tomar Coca-Cola pues habrá que sentarnos un momento. Desemplearnos no es un problema, con la situación de paro de hoy día nadie es indispensable; ¿en donde entonces radica el problema? En la posibilidad de asumir o no el control económico de nuestra vida cotidiana. El sistema nos limita a que solamente tenemos una posibilidad económica: el trabajo, la venta de nuestra fuerza de trabajo. Bueno, usemos nuestra fuerza de trabajo para nosotrxs mismxs, eso es lo que implica, a vuelo de pájaro, el control económico de nuestra vida cotidiana. Ahora, ¿Cómo hacemos para que nuestra actividad económica independiente no se convierta en la venta de juguetes chinos en un semáforo? Y ahí es donde está el problema porque no existe una respuesta que le sirva a todxs, no voy a decir tampoco que "hay una respuesta para cada unx" porque no es así, hay muchas posibilidades, sí, pero tampoco son tantas como para que haya una por cada anarquista.

El problema se complica si queremos ser políticamente correctos (y lo será), porque entonces se limitan las posibilidades económicas. Si nuestra visión económica de la anarquía impide el manejo de dinero entonces tendremos que buscar como construimos una red de trueque, si además implica el respeto a la "dignidad animal" (me "encanta" ese concepto :) ) entonces no podrás trocar objetos que impliquen un maltrato animal, y así, en tanto seas más o menos correcto políticamente más amplias o más estrechas serán tus posibilidades de autogestión (eso puede ser una ventaja si tienes pensado una gran cantidad de proyectos ya que podrías escoger el correcto por simple descarte)

Dejar de trabajar implica necesariamente comenzar a producir, por eso es tan importante la capacidad de asociación solidaria, no tanto porque sea políticamente correcta o porque el individuo no pueda hacer nada sin el colectivo sino porque así es más fácil. No vayas a caer en el error de crear una microempresa, el sentirse capitalista pequeñitx corrompe hasta ala más durx de nuestrxs compañerxs; el sistema cooperativista es interesante e incluso es una buena opción, según lo considero, para alejarse del trabajo asalariado siempre y cuando lxs miembros de la cooperativa no caigan en los típicos vicios capitalistas de la sobreproducción y la hiperrentabilidad. Una de las cosas que debemos quitarnos dentro de nuestra concepción de la producción son justamente los valores que el capitalismo considera implícitos a ella: la búsqueda constante del aumento de la producción y la rentabilidad; para nosotrxs lo que debe buscar la producción para el no-trabajo es producir lo menos posible y obtener la rentabilidad necesaria, ¿y cual es la rentabilidad necesaria? Aquella que nos permita vivir dignamente. Y esta rentabilidad puede estar representada en dinero o en especie, incluso en servicios, depende solamente de cómo podamos manejar la producción.

Lxs participantes de este proceso de producción no deberían dividirse el trabajo al modo capitalista, o por lo menos solamente al principio, lo ideal es que todxs participen en la concepción del producto y sepan como hacer cada una de las acciones que son necesarias para construir el producto, esto es, necesitamos eliminar de tajo la alienación del producto que produce la fábrica capitalista; esto es, cada uno puede hacer una actividad en concreto un tiempo que puede agilizar el trabajo, pero esto deberá desaparecer gradualmente, ¿Cómo?, no lo sé, pero es deseable que esta división del trabajo se destruya y sobre todo que no se reproduzca dentro de los proyectos productivos anarquistas. El que cada unx de lxs participantes sea capaz, tanto como cualquier compañerx de elaborar el producto en su totalidad es una forma de impedir la reproducción del modelo capitalista de división del trabajo.

Tampoco sería recomendable dedicarse a la producción de un solo objeto, lo ideal es aprender a hacer el mayor número de objetos posibles, y sobre todo aprender a hacer la mayor cantidad de objetos que nosotrxs mismxs usemos. Lo ideal es producir objetos que satisfagan nuestras necesidades reales: ropa, calzado, cobertores, hamacas, maletas, sombreros, muebles, entre los más básicos; pero también es bueno producir parte de nuestros alimentos, aprender a realizar construcciones de pequeños edificios, construir aparatos que nos permitan producir algún tipo de energía, hacer vehículos simples impulsados por fuerza humana como bicicletas o carros de pedal, etc. En síntesis la producción de lxs personas vinculadas al proyecto no se debería limitar a lo que van a comerciar o trocar, debería centrarse más en producir los elementos materiales que necesita el grupo y ver cuales de ellos son fácilmente producibles en pequeñas cantidades que generen una rentabilidad suficiente.

La idea es justamente depender lo menos posible de la tecnología del sistema para nuestro autosostenimiento económico; por ejemplo, si sabemos hacer ropa lo mejor sería aprender además a hacer telas, y mejor aún, aprender a obtener fibras naturales para hacer estas telas; si aprendimos a hacer zapatos por qué no aprender a curtir los cueros sin elementos químicos, y aún mejor, por qué no inventar un diseño que no necesite la utilización de cueros (por ejemplo uno que use fibras de fique o mezclilla proveniente de pantalones usados); y así con todas las demás cosas. Miremos qué necesitamos en una casa, cuando tu okupas una casa esta no está amoblada, si podemos reciclar elementos no nos neguemos a ello, por ejemplo una cocina o una mesa vieja, pero si no los tienes o no los puedes conseguir ¿para qué organizar un concierto para ello? Por qué no mejor buscar una forma de construir una cocina o de hacer una mesa nueva; ¿no es interesante que la casa ocupa tenga una vajilla propia hecha por lxs mismxs okupantes jugando a ser alfareros?, necesitamos contratar a alguien para que haga los arreglos y conexiones ilegales en la casa o podemos aprender a hacerlos nosotrxs mismxs. El capitalismo le ha quitado al obrero la creatividad, cuando rechazamos al trabajo entonces debemos desarrollar al máximo nuestra creatividad, porque, créelo o no, de ella depende nuestra supervivencia.

Obviamente dejar de trabajar implica muchas más cosas, implica enfrentarte a un mundo en el cual todas las acciones de vida se miden en términos de éxito y fracaso (valorados según la mentalidad capitalista), el simple hecho de que seguramente serás juzgado como un vago o un loco te podría incomodar, pero verás que en tanto más asumas el control de tu vida cotidiana menos te afectarán las representaciones sociales de la anarquía. Es muy probable además que tu acción se extienda a la comunidad donde vives, ya sea por curiosidad de las personas que viven a tu alrededor, o porque algunxs decidieron realizar un proyecto similar o porque construyes proyectos que te enlazan con otros que llevan a cabo algunxs miembros de la comunidad donde vives; es también probable que participes en acciones públicas de protesta, defensa o consecución de algo; por ello es muy probable que no todo sea un idilio (de por sí el proceso de asumir el control económico de tu vida cotidiana no es, pero para nada, un idilio), tal vez seas atacado por fuerzas del estado legales o ilegales o por partidarios de ideologías fascistas, por lo que debes aprender a escapar y atacar, lo ideal no es ser un mártir, por lo que debes escapar y aprender a sobrevivir en otros espacios, no puedes echar raíces en un lugar en concreto, tan sólo con el hecho de que te pueden desalojar en cualquier momento, ama cualquier proyecto como si fuese el último pero no temas abandonarlo si debes o quieres hacerlo… si pasan unxs amigxs en una camioneta y te ofrecen ir a otro lugar que no sean las raíces las que te impidan acompañarlxs.

Como ves, el simple (!!) hecho de rechazar el trabajo conlleva una serie de ganancias en tu construcción individual de la anarquía que igualmente colaboran en la construcción social de la misma; no necesitas esperar una insurrección general o a que todo el mundo esté de acuerdo; no necesitas analizar profundamente qué consecuencias tendrán tus acciones para el "movimiento" u otros sectores en lucha; de nadie depende más que de ti mismo el decidirte a asumir rupturas radicales con el sistema; y como sabes las rupturas con el sistema no implican sólo romper con el trabajo, así mismo es necesario romper con la educación institucionalizada, con la organización, con la tecnología, con la medicina clínica, con la ciencia y el cientifismo, con el patriarcalismo, y con muchos otros elementos del sistema, algunos más fáciles de romper que otros.

La propuesta, en general, consiste solamente en la ejecución de la anarquía en el aquí y ahora, como individuos, parejas, colectivos, grupos, comunidades o como sea, pero romper con la realidad impuesta con el capitalismo en el día a día. Nuestra vida es un gran campo de batalla, lo ideal sería que se convirtiera en un espacio de combate tan romántico como lo fue en su momento el monte para lxs guerrillerxs.

Bucaramanga, 26 de enero de 2006

La izquierda armada está anquilosada


COLOMBIA CONFLICTO DE INTERESES, MÁS QUE UN CONFLICTO DE POSICIONES ANTAGÓNICAS.
1

x Lucas Tañeda

Éste ensayo pretende hacer un análisis muy somero sobre las causas del agotamiento de la izquierda armada y no armada debido a los problemas que les aquejan interiormente y que a mi parecer no les ha permitido ofrecer una visión política distinta a la del Estado lo suficientemente fuerte o diferente, que logre convencer a la sociedad colombiana para la búsqueda de una “opción distinta” al actual Estado, lo que haría creer que no existen contradicciones fundamentales entre los que controlan el Estado y la izquierda, si no un juego de intereses que no a permitido dar una solución al conflicto y que con una fuerte voluntad de ambas partes se podría llegar a una aparente solución o acuerdo.

Uno de los principales problemas de la izquierda armada y no armada colombiana es que están formad@s dogmáticamente en el marxismo-leninismo, algun@s por el maoísmo, la revolución cubana, las revoluciones centroamericanas y asiáticas; por ejemplo las FARC-EP con profundas raíces campesinas y pro-soviéticas se considera como “… una organización político-militar revolucionaria que se orienta en los principios del marxismo-leninismo y en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar y en todo el pensamiento revolucionario de América Latina.”2. El ELN hijo de las teorías foquistas del Che Guevara contiene un origen ideológico muy similar pero con un acento fuerte en el camilismo, el castrismo y profundas raíces cristianas. El casi extinto EPL fundamenta su existencia en el maoísmo. Esa formación dogmática reflejada en su incapacidad de cohesionarse, no les ha permitido en consecuencia, plantear correctamente su problema nacional, su revolución específica, sin importarla de otros países o recurriendo a los manuales y enseñanzas del marxismo-leninismo. No se hacen dos guerras con la misma estrategia ni dos revoluciones con la misma política.

Muchas personas que militan en la izquierda poseen “sentimiento de inferioridad y todo el espectro de rasgos relacionados: baja autoestima, sentimientos de impotencia, tendencias depresivas, derrotismo, culpa, aburrimiento etc”3.; las formas de arte a las que apelan tienden a enfocarse en la sordidez, la derrota y la desesperación -entonces quien creerá en una idea que de antemano va a ser una catástrofe-; “sólo pueden sentirse fuertes como miembros de una organización grande o un movimiento de masas con el cual identificarse”4. No tienen confianza en sus habilidades para resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades, exigen al estado la solución de éstas a pesar que aparentemente luchan contra él. ¿Cuántas universidades, Escuelas, centros de investigación tecnológica ha fundado las FARC o el ELN en sus zonas de dominio territorial?, ¿Porqué los futuros profesionales exigen educación al Estado si ellos están en la capacidad de ofrecerla con un poco de apoyo de las comunidades?, ¿Porqué la izquierda le exige al estado que use sus mecanismos de alineación -la escuela y la universidad- contra la población que quiere salvar de sus garras? ¿Será el miedo a fracasar en el intento?

La mayoría de l@s militantes de izquierda son sobresocializad@s, no son tan rebeldes como parecen, se apegan a las actitudes convencionales promovidas por el Estado, mientras pretenden estar en rebelión con ellas; por ejemplo en los paros de las universidades, la izquierda es la que mejor maneja las leyes: que el estatuto tal, que la ley tal nos afecta en tal, etc.; la mayoría de las organizaciones defensoras de derechos humanos son de izquierda y los derechos humanos son la base esencial del desarrollo del Estado capitalista, Estado contra el cual ell@s luchan; la izquierda armada actúa deacuerdo a los valores y moral establecidas por el estado. Por ejemplo citando al ELN: “Luchamos por el establecimiento de un régimen político democrático que garantice la paz con justicia social, el respeto de los Derechos Humanos y un desarrollo económico con bienestar para todos quienes vivimos en Colombia”5. “En el transcurso de vida política de las FARC su compromiso con el pueblo ha sido la lucha por: Derecho a la vida, Derecho al trabajo, Derecho a la educación, Derecho a la salud, Derecho a la vivienda, Derechos políticos, Conquista de la igualdad entre mujeres y hombres, Beneficio de los intereses generales de todos los desposeídos, marginados y excluidos, Por la construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados, ni marginados ni excluidos.”6. -Las FARC se podrían considerar como una guerrilla de la más fina estirpe liberal-.

Con las FARC o el ELN en el poder, o la llegada de un presidente de izquierda, no variaría mayor cosa el Estado Colombiano, como se podría comprobar en sus zonas de control, y cabría un parecido con la revolución Chavista -de la cual ell@s son simpatizantes-, o una socialdemocracia; aunque se afirma que con “las guerrillas en el poder podría haber un estado de corte estalinista, debido a su visión ideológica de partido monolítico”7 -no siendo el caso del ELN-, “que en la práctica se convierte en una nueva “clase” excluyente, más difícil de desalojar que la burguesía conformando un Estado totalitario”8.

La insurgencia armada y la izquierda visible están anquilosadas, no están a la vista propuestas nuevas, alternativas frente al mundo, al fracaso del “socialismo real”, la globalización económica, la degradación ambiental, el poder, el sistema tecnológico-industrial; sólo lamentos, frases de cajón, íconos y héroes contextualizados en la década de los 60´s y 70´s y principios de los 80´s; y como consecuencias: aislamiento, desviación de sus propuestas políticas, incremento de una mentalidad militarista -FARC- y de corte fascista, anexión al estado –ELN, M-19, EPL- o a una propuesta muy similar a la de un estado capitalista –creencia de la izquierda en el fenómeno chavista- .

El dogmatismo, el complejo de inferioridad, la sobresocialización, el anquilosamiento y la falta de creación de nuevas propuestas, crea la incapacidad de centrar la atención de la población, aislamiento político frente a la sociedad colombiana, quedando sin la base social fundamental para su posible desarrollo y triunfo.

El Estado Colombiano también ha “aislado” a la izquierda armada y con la excusa de la existencia de ella a la izquierdo no armada; les ha ganado en el campo político, el conflicto armado surgido como expresión de la exclusión política y económica sufrida por algunos sectores, es ahora visto como el causante de esas exclusiones gracias a la completa despolitización debido a que la relación que establece la insurgencia con la población urbana son limitadas pues no ha tenido un mecanismo de comunicación eficiente para dar a conocer sus propuestas concretas y los fines que persiguen, que la mayoría de la sociedad desconoce, entonces las representaciones que se va creando la sociedad en las ciudades donde está el 80% de la población colombiana, se componen en gran medida en las acciones que los medios de comunicación dan resonancia pública: atentados terroristas, secuestros, tomas de poblaciones, etc. Lo que ha permitido al Estado llevar a cabo una guerra sucia con la izquierda no armada y poblaciones en donde existen grandes intereses económicos.

El conflicto colombiano es un conflicto de intereses, más que un conflicto de posiciones antagónicas, pues tanto la izquierda como los que controlan actualmente el Estado tienen los mismos fines: EL PODER, el cual sólo se sustenta en las bases del Estado, y para sostenerlo es necesario estar en contra de los intereses de toda la población así se posean los intereses más altruistas como los de la izquierda, por ende los poderosos en Colombia, si quieren que baje la intensidad del conflicto necesitan desviar un poco sus intereses personales ( tierras, negocios, mercados, alianzas) para permitir la participación política a la izquierda armada y no armada, hacer reforma agraria, brindándoles garantías mínimas de bienestar a la población más necesitada para seguir sustentando lo que ambos bandos añoran el PODER.

Mientras tanto las personas que concientemente no están interesadas en el poder deben prepararse en el espíritu autogestionario, libertario, solidario para cortarle de tajo el cuello a la base del poder.


Bibliografía

Entrevista a Abraham Guillén, el primer teórico de la Guerrilla: Revista Bicicleta. Año 1 Núm. 9 Octubre 1978
KACZYNSKY, Theodore. El “Unabomber” Manifiesto: la sociedad industrial y su futuro y otros textos. Bucaramanga: Editoriales el Piojo, 2005. p 93.
MEDINA GALLEGO, Carlos. ELN: resistencia militar como resistencia política. Ponencia. Recopilación seminarios, CD Cronopios.
__________ , ________, Elementos para una historia de las ideas políticas del Ejercito de Liberación Nacional, la historia de los primeros tiempos (1958-1978) primer volumen. Recopilación seminarios CD Cronopios.
PIÑEROS, Cielo y LLANOS, Carlos. Las FARC: entre el reconocimiento militar y e desconocimiento político. Seminario de guerrilla, paramilitares, y desplazamiento forzado en Colombia. UN, 2003

Documentos: recopilación del Seminario de guerrilla, paramilitares, y desplazamiento forzado en Colombia. CD Cronopios:
Las FARC-EP una historia oficial.
Programa agrario de los guerrilleros de las FARC-EP.
Estamos construyendo un nuevo poder
El ELN resistencia militar como resistencia política
ELN la historia de los primeros tiempos 1958-1978. Carlos Medina Gallego


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NOTAS
1 02/12/2005
2 Red resistencia, Entrevista a “Rafael Reyes”, Comandante de las FARC-EP, febrero de 2003
3 KACZYNSKY, Theodore. El “Unabomber” Manifiesto: la sociedad industrial y su futuro y otros textos. Bucaramanga : Editoriales el Piojo, 2005. p 12
4 Ibíd., p. 14
5 MEDINA GALLEGO, Carlos. ELN: resistencia militar como resistencia política. Ponencia. CD Cronopios.
6 PIÑEROS, Cielo y LLANOS, Carlos. Las FARC: entre el reconocimiento militar y e desconocimiento político. Seminario de guerrilla, paramilitares, y desplazamiento forzado en Colombia. UN, 2003.
7 GUILLÉN, Abraham. Entrevista a Abraham Guillén, el primer teórico de la guerrilla. Revista Bicicleta año 1 N° 9 Octubre 1978.
8 Ibíd.

¿¿CÓMO DEJAR DE TRABAJAR??

x Utópicos y Salvajes

No nos engañemos, no hay orgullo obrero,
tan solo miseria. Hoy más que nunca,
es en campos y fábricas donde se labran
y forjan nuestras cadenas.

El trabajo es un castigo.

Es más, Nadie debería trabajar.

¿No deseas más tiempo libre para leer, dormir, tener sexo o simplemente mirar al cielo en una tarde cualquiera?

¿No deseas salir de la fábrica, empresa, microempresa, tienda, lugar de trabajo al fin y al cabo; cuando ya estás cansado y no cuando el maldito reloj indique la hora de descanso?

¿No deseas charlar más en medio de tus labores?

¿No te gustaría elaborar tus horarios dependiendo del tiempo que consideras debes utilizar para ello?

¿No te gustaría darle en la jeta a tu patrón o patrona?

¿No te gustaría destruir el lugar donde trabajas?

¿No te gustaría no tener que perder tiempo trasladándote de tu casa hasta el trabajo todos los días?

¿No te gustaría no tener patrón?

¿No te gustaría dejar de trabajar?

Nosotrxs te lo proponemos. Deja de trabajar. Siéntete feliz de ser un ex-trabajador. Tal vez no haya sido por tu propio gusto. Tal vez hoy estés lleno de angustia porque estás sin trabajo, o porque puedes cualquier día quedar sin cadenas. Te tenemos que comentar un secreto: es el sistema el que te hace sentir angustiado. Tienes todo el tiempo libre que desearías, pero no lo puedes utilizar porque estás buscando dinero para pagar deudas, comprar alimentos, pagar transporte, mantener a tus hijxs… ¿hace cuanto no piensas en ti mismo? ¿Cuánto tiempo consumes al día tan sólo pensando en tu trabajo? ¿en tu familia? ¿en tus deudas?. Cuando llega tu salario qué haces: ¿compras un libro? ¿viajas a un sitio inhóspito? ¿aprovechas tu pago para descansar cómodamente un tiempo? O más bien compras una buena cantidad de basura que no necesitas, pagas arriendo de una casa que no te gusta, compras comida que no sabe a nada, compras ropa que se daña rápido y que en realidad no te gusta, pero tienes que usarla para agradar a tus jefes… ¿te has dado cuenta que si disminuyes la cantidad de cosas que consumes puedes trabajar menos? Haz el ejercicio: mide cuanto gastas en cosas como cremas dentales, maquillaje, champúes, seda dental, papel higiénico, jabón en polvo, en barra, para baño, para lavarse las manos, para limpiar el piso, para limpiar las machitas del baño, para limpiar lo mesones de la cocina… ¿puedes eliminar algunos productos?, ¿hay otros que simplemente gastan tu dinero porque son de marcas multinacionales?, ¿te has preguntado alguna vez como hacían los indígenas para conservar su dentadura a pesar de no tener crema de dientes Colgate y enjuague bucal Listerine?, ¿te has dado cuenta que con el salario que ganas hoy si vivieras en el siglo XIX podrías vivir como un rey o una reina?, ¿en realidad necesitas desodorante? ¿en realidad necesitas energizantes? ¿en realidad necesitas trabajar 12 horas diarias para sobrevivir? ¿no sería mejor no trabajar y vivir? ¿no sería mejor seguir ritmos de vida naturales y no determinados por un reloj de pulsera? ¿no sería mejor no vivir angustiados por la cuota del televisor, del DVD, del computador, el arriendo, el pago de la luz, del teléfono, de la cuenta del celular? ¿te has dado cuenta de cuan dependiente eres del sistema? ¿qué haces si se va la luz? ¿y si se fuera para siempre? ¿y qué harías sin alcantarillado? ¿y sin gas natural? ¿imaginas el caos? Pero entonces, ¿Cómo hicieron nuestros antepasados – y no sólo los antepasados indígenas, sino los europeos y los africanos y los asiáticos – para existir sin luz, gas natural y teléfono? ¿no será que en lugar de vivir cómodamente estamos en realidad viviendo peor que un campesino de la edad media europea? Tenemos todo para vivir en el ocio, pero tenemos que trabajar como burros cincuenta años para tener una semana de descanso en el lugar que queremos, y aún así tenemos que pensar en la cuenta de hotel, los pasajes, la comida y en cómo vamos a pagar las deudas que tenemos en casa; al final no descansas y sientes un alivio cuando regresas a la rutina… ¿no te has dado cuenta que ya no existes? ¿Qué existe tan sólo una rutina que podría llevarla a cabo cualquier otro? No eres nadie en especial: te vistes como miles, escuchas la música que otros millones escuchas, conversas lo mismo que otros cientos de miles conversan, hablas como tantos otros, tus dichos son los de tantos, tus supuestas particularidades las compartes con otros cientos de miles, comes lo que millones comen, quieres lo que millones quieren, sueñas lo que millones sueñan; al final no eres nadie, tan sólo un trabajador, un ítem en la nómina, ¿Cuál es tu nombre? ¿Qué te gusta? ¿Cuáles son tus sueños? ¿Qué te gustaría hacer?, nada de eso importa, ¿alguna vez le haz preguntado a un tornillo o un martillo qué siente? Pues no esperes que tu jefe te lo pregunte, porque tu eres precisamente eso: un tornillo de la máquina del sistema…

"¿Cómo dejamos de trabajar?" estarás preguntándote. El "método" no es sencillo ni infalible, pero los resultados son altamente satisfactorios:

1°. Deja de consumir tanto: la mayoría de productos que tienes en casa son innecesarios, hacen daño al medio ambiente y a tu cuerpo. Puedes escoger cuales son los productos que realmente necesitas, y cuales de estos son de marcas multinacionales que te están vendiendo publicidad. Compra en lugares donde puedas conseguir productos orgánicos y naturales: plazas de mercado, mercados campesinos, etc. No busques productos alimenticios que sean "perfectos" como tomates redondos y lisos, o frutas sin imperfecciones: generalmente estos productos han sido sometidos a un proceso químico que los hace muy dañosos para tu salud; piensa: ¿una fruta que ni un gusano es capaz de comer es buena para ti? Siembra árboles frutales, crea un pequeño cultivo en casa, piensa en tu dieta y cuales son los alimentos que realmente necesitas y en que cantidad. Compra menos plástico y más alimento, esta es una buena técnica. Si vas a comprar ropa cómprala de segunda mano o hazla tú mismo, no es tan complicado como crees, y si no tienes tiempo para hacerlo es porque estás ocupado matándote para un patrón al que le importas un culo. En un solo día puedes hacer una camisa, en una semana tendrás una muda de ropa completa. Haz la prueba.

2°. Rompe con el mercado: el primer punto es muy sencillo, y por lo general la gente llega hasta ahí solamente. Para dejar de trabajar debemos además dejar de manejar tanto dinero. ¿Cuánto dinero gastas diariamente? Digamos que 10.000 pesos. Es decir, para vivir tú sólo necesitas un sueldo de 310.000 pesos mensuales. Pero como además necesitas pagar servicios, ir al mercado, comprar ropa, etc., etc., pues un sueldo de 600.000 pesos se queda corto. Necesitamos romper entonces con esto, que 100.000 pesos mensuales sean mucho dinero. Esto lo conseguimos, primero dejando de consumir, y segundo, rompiendo con el mercado: puedes reunirte con varios vecinos y crear una red de trueque donde intercambies productos. Al principio puedes cambiar pequeñas cosas por otras pequeñas: digamos que tú produces fríjol en el patio de tu casa, puedes cambiarlo por otros tantos productos que tengan tus vecinos en los patios de sus casas. Estarás comenzando a romper el mercado, pero debes ser paciente e inconforme, porque con fríjoles no podemos hacer una ruptura con nada. Digamos que con tus vecinos aprovechamos un espacio de tierra que está baldío, o que simplemente nadie aprovecha: creen en conjunto una estrategia para cultivar una serie de productos de manera orgánica, con lo que se ahorrarán recursos de agroquímicos, abonos y semillas. Como la autosuficiencia exige mucho más de lo que cualquier grupo de vecinos puede hacer en un pedacito de terreno, habrá que buscar un grupo de campesinos que quieran intercambiar sus productos: la mayoría de campesinos pierden sus cosechas porque los costes de producción en la agricultura con químicos son muy altos, y además el cose en trasporte encarece los productos. Habrá que quitarle cemento a la ciudad para que podamos dejar de trabajar. Según pequeñas experiencias en varias partes del país y del mundo, uno puede llegar a niveles de autosuficiencia tan altos por este medio que casi nos hace independientes del sistema.

3°. Listo, tenemos para comer… hasta pa’ vestirnos. ¿y el arriendo? ¿y los servicios? ¿y el colegio de los chinos?... respecto a la primera pregunta va el tercer paso: desobediencia absoluta: ¿estás viviendo en una casa?, si es tuya ya estás hecho, si no pues habrá que hacer algo. No puedes dejar de trabajar si tienes que pagar un arriendo o una cuota hipotecaria. De por sí, la mayoría trabaja porque tiene que pagar arriendo y una hipoteca. Bueno, ya que tienes un grupo de vecinos, y por eso es bueno comenzar en orden; puedes organizar la expropiación de tu lugar de vivienda. Niégate a pagar arriendo o cuotas bancarias. Resiste tranquilamente pero de manera firme, hazle saber a tu arrendador cual es tu posición e invítalo a vincularse al proyecto, puede ser que hasta ahí llegue la cosa. Como es muy probable que la posibilidad de perder un dinero fácil enfurezca al dueño de la casa y/o apartamento, recurre al grupo de vecino para hacerle frente a la situación; tu deberás hacer lo mismo cuando ellos lo necesiten. Cuando los banqueros quieran apoderarse de tu casa haz lo mismo, pero no negocies diciendo que vas a pagar luego o menos: tu posición debe ser una e inflexible: no voy a pagar un solo peso ni me voy a ir de mi casa. Resistirás igualmente con un grupo de vecinos. Al principio, como todo, es duro, tienes que ser fuerte y resistir, pero al final alguno tendrá que darse por vencido, y estoy seguro que si te basas en el apoyo mutuo serás más fuerte que cualquiera.

4°. Redes alternativas de servicios públicos: comencemos con el agua, tal vez lo más complejo. Necesitamos buscar yacimientos de aguas subterráneas o nacimientos que puedan abastecer a nuestras casas, después necesitamos construir una pequeña infraestructura que nos permita transportar el agua hasta nuestros hogares o hasta un centro común de acopio. En realidad no es más, pero esto es bien complicado: puede ser que no haya agua cerca, o que simplemente no sepamos donde está; además, la construcción de esta infraestructura necesita planeación, trabajo y recursos, por lo que debe ser un plan comunitario a mediano plazo. Debes asesorarte de ingenieros y demás profesionales, pero no les pagues ni un peso, remunérales su trabajo en productos o en otra forma, pero no negocies en términos monetarios. Cómo el método depende de cada situación en especial pues no podemos explayarnos más aquí. Construye un pozo séptico para el alcantarillado; de este se puede sacar gas y abono para los cultivos, además que se pueden tratar los desechos para que puedan ser devueltos al agua sin contaminar. El gas también se puede sacar de una planta de compostaje; es apenas obvio que si estás cultivando ya la debes tener lista, por lo cual solo sería aprovechar el gas que se produce en ella para cocinar. La energía eléctrica puede conseguirse mediante páneles solares, mediante el gas del pozo séptico o del compostaje, mediante una pequeña caída de agua o incluso con viento. La tecnología permite que desarrollemos esto sin mayor investigación, deberemos aprovecharlo, pero teniendo en cuenta que estas tecnologías funcionan para escalas pequeñas, como nuestro barrio o vereda, pero no para toda una ciudad o comuna.

5°. Autosuficiencia cultural: el sistema es el que nos educa, por lo que nos educa para que le sirvamos, por ello nos enseña a ser disciplinados, a respetar a nuestros superiores, a adorar los símbolos patrios y religiosos, etc., etc. Si vamos a dejar de trabajar, debemos aprender a no trabajar, por eso enviar a nuestros hijos a colegios o universidades del sistema sería una contradicción. El primer paso podría ser la construcción de una biblioteca comunitaria: esto nos permite desarrollar el autodidactismo, que no es más que aprender a nuestro ritmo y lo que nos interesa; si queremos conocer a Platón y además física cuántica, lo haremos porque así lo queremos, no porque un maestro o una secretaría de educación así crea que debe ser. La mayor parte de las cosas que aprendimos en la escuela ya las hemos olvidado, excepto realizar operaciones lógicas básicas como operaciones matemáticas y lectura lineal. El autodidactismo permite aprender mediante la resolución de problemas cotidianos, en los cuales se hace necesario el concurso de un buen número de disciplinas y el debate continuo entre pares. Una institución educativa es absolutamente contraria: los problemas los construye un maestro o un libro de texto, se aprenden los métodos y conceptos de cada disciplina por separado y además se niega el debate porque existe un sistema jerarquizado en el cual el maestro "sabe más" que el alumno, el profesional más que el maestro, el magíster más que el profesional, el doctor más que el magíster, el PhD más que el doctor. El alumno no puede debatir con el PhD, sólo preguntar. El autodidactismo rompe con esto ya que comprende que todos tenemos las mismas capacidades y que cada quien profundiza en tal o cual cuestión basado en sus propias preocupaciones personales e intelectuales. Además, el estudiante no se desvincula de la sociedad, ya que el mismo estudiante está colaborando con las tareas propias de su barrio o vereda. ¿ves que no necesitas pagar un colegio o universidad a tus hijos si no es porque quieres que se amarguen la vida trabajando?

Obviamente esto no es lo único que hay que hacer para dejar de trabajar. Además, este no es un "método" que funcione en todos los casos. Está escrito en términos muy sencillos porque no se pude construir sociedad sólo desde el papel. La mayor parte de este "método" se basa en nuestras experiencias personales y en las lecturas que hemos hecho de experiencias en otros lugares del país y del mundo. Hay que añadir que dejar de trabajar no significa rascarse la barriga todos los días, eso es imposible, además, ningún ser humano lo soportaría: si hoy pasamos los domingos sin hacer nada aparte de pensar que mañana es lunes, es por el sistema de trabajo. Dejar de trabajar significa hacer sin que seamos obligados a hacerlo, hacer porque queremos hacerlo. Hacer lo que queremos hacer: eso significa dejar de trabajar: eso significa libertad. Este no es un estado de cosas ideal, donde todos y todas estemos de acuerdo, y donde nazcan ríos de leche y miel donde con sólo alzar la mano tengamos el alimento; pero por lo menos es un estado de cosas más humano, más natural, y por lo tanto, más libre.

Utópicos y Salvajes
Bucaramanga, 23/04/05

Sobre el anarquismo y otros impedimentos para la Anarquía

x Bob Black

En la actualidad no hay necesidad de producir nuevas definiciones de lo que es el anarquismo – sería difícil superar aquellas concebidas hace mucho tiempo por varios eminentes extranjeros ya fallecidos. Ni necesitamos demorarnos en los familiares anarco-comunismo o anarco-individualismo, ni en los demás, los libros de texto cubren todo eso. Más aún, el punto es por qué no estamos nosotros hoy más cerca de la anarquía de lo que lo estaban en su tiempo Godwin, Proudhon, Kropotkin y Goldman. Hay muchas razones, pero aquellas que merecen mayor reflexión son las que los anarquistas mismos engendran, ya que estos obstáculos –si hay alguno- se pueden remover. Es posible, pero no probable.

Lo que considero según mi juicio, después de años de escrutinio y en ocasiones de una espantosa actividad en el medio anarquista, es que los anarquistas son la principal razón –yo sospecho, una razón suficiente- por la cual la anarquía permanece como un epíteto sin un ruego de una oportunidad de ser realizada. Muchas y muchos anarquistas son, francamente, incapaces de vivir de una manera autónoma y cooperativa. Una buena parte de ellos y ellas no son muy brillantes. Ellas y ellos tienden a leer sus propios clásicos y la literatura producida por el grupo mismo, excluyendo un conocimiento más amplio del mundo en el cual viven. Esencialmente tímidos, se asocian con otros como ellos mismos con el conocimiento tácito de que nadie medirá las opiniones de los demás ni actuará contra prácticamente ningún estándar de inteligencia crítica; que ninguno de su o sus logros individuales estará muy por encima del nivel prevaleciente; y, sobre todo, que nadie desafía las contraseñas de la ideología anarquista.

El anarquismo no es en gran medida un desafío al orden existente, antes bien es una forma sobreespecializada de acomodarse en él. Es un modo de vida, o un anexo de uno, con su mezcla particular de recompensas y sacrificios. La pobreza es obligatoria, y por esta misma razón se excluye la pregunta sobre si este o esta anarquista puede ser alguien o un fracasado o fracasada a pesar de la ideología. La historia del anarquismo es una historia incomparable de derrota y martirio, todavía los y las anarquistas veneran a sus antepasados hechos víctimas, con una devoción mórbida que ocasiona la sospecha de que los anarquistas, como todos los demás, piensan que el único anarquista bueno es uno muerto. La revolución – la revolución vencida – es gloriosa, pero pertenece a los libros y panfletos. En este siglo – La España de 1936 y Francia en 1968 son casos sumamente claros – el arrebato revolucionario sorprendió al oficial, los anarquistas organizados llegaron tarde e inicialmente no apoyaron las propuestas o aún peor. La razón de esto no se encuentra lejos; no es que estos ideólogos fueran hipócritas (algunos lo eran), más bien, ellos y ellas trabajaban en una rutina diaria de militancia anarquista, algunos y algunas de ellas contaban inconscientemente con soportar indefinidamente ya que la revolución no era imaginable realmente en el aquí y ahora, así que ellos y ellas reaccionaron con miedo y en actitud defensiva cuando los eventos se distanciaron de su retórica.

En otras palabras, si les dan a escoger entre anarquismo y anarquía la mayoría de las y los anarquistas irán por la ideología del anarquismo y su subcultura antes que tomar un peligroso salto a lo desconocido, dentro de un mundo de libertad estatal. Pero desde que los y las anarquistas son las únicas críticas confesas del estado como tal, estas populares temerosas de la libertad deberían asumir, inevitablemente y de manera prominente, o al menos publicitaria, sus lugares en cualquier insurgencia que fuese genuinamente antiestatal. Ellos y ellas son seguidores, encontraran los líderes de una revolución que amenazará su estatus establecido no menos de lo que lo pueden hacer los políticos y los propietarios. Las y los anarquistas pueden sabotear la revolución, concientemente o de otra manera, que sin ellos podría haber abolido al estado, repitiendo sin pausa a los antiguos debates entre Marx y Bakunin.

De hecho, las anarquistas que asumen este nombre no han hecho nada para cambiar el estado, no con escritos llenos de verborrea illegible, sino con el ejemplo contagioso de otra manera de relacionarse con las demás personas. Cuando los anarquistas conducen las cuestiones del anarquismo son la mejor refutación de las pretenciones anarquistas. En realidad, las más duras “federaciones” de trabajadores organizados de la actualidad en Norteamérica han colapsado por lasitud y acrimonia, y una cosa buena también, porque la estructura social informal del anarquismo, que lo atraviesa, es aún jerárquica. Los anarquistas se someten plácidamente a lo que Bakunin llamó a un “gobierno invisible”, que en su caso consiste en los editores (de hecho si no en el nombre) de un manojo de las publicaciones anarquistas más grandes y de más larga duración.

Estas publicaciones, a pesar de las diferencias ideológicas aparentemente profundas, de cara a sus lectores tienen posiciones similares de “papá sabe lo que es bueno” así como un acuerdo de caballeros para no permitir los ataques entre ellos qué expondrían las inconsistencias y por otra parte minaría el interés de la clase común en la hegemonía de la gente común anarquista. Por raro que parezca, puedes criticar fácilmente a el Fifth Estate o el Kick It Over en sus propias páginas en las cuales critican a, digamos, Processed World[*]. Cada organización tiene más en común con cualquier otra de lo que tiene con cualquier desorganizado. La crítica anarquista del estado, si solo los y las anarquistas la entienden, es sin embargo un caso especial de crítica contra la organización. E incluso a cierto nivel las organizaciones anarquistas se dan cuenta de esto.

Los antianarquistas pueden concluir que si no hay jerarquía y coerción la dejen salir en público, señalado claramente como es. Al contrario de estas autoridades (Los derechistas "libertarios", los minarquistas, por ejemplo) yo persisto obstinadamente en mi oposición al estado. Pero no porque, como los anarquistas reflexivamente declaran, el estado no sea “necesario”; las personas comunes y corrientes desestiman esta aserción anarquistas a la que consideran absurda, como deben hacerlo. Obviamente, en una sociedad industrializada como la nuestra, el estado es necesario. El punto es que el estado ha creado las condiciones en las cuales es de hecho necesario, despojando a los individuos de su poder de asociarse voluntariamente en el día a día. De manera más fundamental, las bases del estado (trabajo, moralismo, tecnología industrial, organizaciones jerárquicas) no son necesarias sino antes antitéticas para la satisfacción de nuestro deseos y necesidades reales. Desafortunadamente, la mayoría de las tendencias del anarquismo apoyan estas premisas pero oponiendose a su conclusión lógica: el estado.

Si no hubiese anarquistas el estado tendría que inventarlos. Sabemos que en muchas ocasiones se ha hecho exactamente eso. Necesitamos anarquistas sin las trabas del anarquismo. Entonces, y solo entonces, podremos empezar a obtener un fomento serio de la anarquía.

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NOTAS
[*] Nombre de diferentes revistas anarquistas de Estados Unidos, las primeras de tendencia primitivista en tanto la segunda tiene un carácter más anarcosindicalista. (Nota del “traductor”)

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Traducido del original en inglés aparecido en primitivism.com por Salvajismo Tropical, Mayo de 2006.
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sábado, mayo 13, 2006

"Acerca de los Orígenes de la Guerra" por Jhon Zerzan

Ayer mismo lxs compañerxs de llavors d'anarquia publicaron la traducción de este texto de Jhon Zerzan en el foro de alasbarricadas.org < el post es algo largo pero vale la pena :D

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ACERCA DE LOS ORÍGENES DE LA GUERRA
John Zerzan

La guerra es el principal producto de la civilización, su presencia masiva, racionalizada y crónica ha progresado al mismo tiempo que la civilización se ha extendido y profundizado. Entre las razones específicas ineludibles, está el deseo actual de escapar al horror de la vida industrial. La sociedad de masas encuentra su reflejo natural en la masa militarizada y esta fue la vía seguida muy tempranamente por la civilización. En la era del hyper-desarrollo tecnológico, la guerra es alimentada por las nuevas causas de disociación y de oposición.

Se ha llegado a decir que la guerra es “la obra propia del hombre” según la expresión de la Odisea de Homero. Sabemos que la guerra se organizó con la primera industria y en general con una organización social más compleja, pero sus orígenes preceden incluso a la edad del hierro de Homero. La literatura específica en arqueología y antropología sobre el tema es asombrosamente escasa.

La civilización siempre ha tenido un interés en mantener estos temas cautivos haciendo pasar por necesaria una fuerza armada oficial. Es una proclama ideológica importantísima que, sin monopolio estatal sobre la violencia, quedaríamos sin protección y nuestra “seguridad” “poco segura”. Después de todo según Hubbes, la condición humana ha sido y será siempre “una guerra de todos contra todos”. Voces modernas han argumentado también que los humanos son agresivos y violentos de un modo innato, y necesitan ser constreñidos por una autoridad armada. Robert Dart (Adventures with the Missing Link, 1959) Robert Ardrey (African Genesis, 1961) y Konrad Lorenz (On agression, 1966) están entre los más conocidos pero los argumentos que usan han sido ampliamente desacreditados.

En la segunda mitad del siglo XX, esta visión pesimista de la naturaleza humana ha empezado a cambiar. Basados en las evidencias arqueológicas es ahora una certeza que antes de la civilización los humanos vivían sin violencia, más exactamente sin violencia organizada.

Eib-Eibesfeld se refiere a los ¡Ka-Bushman como pueblos no belicosos.

“Su ideal cultural es la coexistencia pacífica y la realizan evitando los conflictos, compartiendo y animando los numerosos modelos de lazos afectivos. (1)

La opinión más antigua de W.J. Perry es en general exacta pero ligeramente idealizada: “la guerra, la inmoralidad, el vicio, la poliginia, la esclavitud y la sumisión de las mujeres parece estar ausente entre nuestros ancestros” (2).

La literatura corriente aporta con regularidad que hasta la etapa final del paleolítico -justo antes de la presente era de 10.000 años de domesticación- no hay ninguna prueba concluyente que útiles o armas de guerra hayan sido usadas contra humanos (3). “las descripciones de escenas de batalla, de escaramuzas y de combates cuerpo a cuerpo son raras entre los cazadores recolectores y cuando existen son muy frecuentemente resultado del contacto con agricultores o con invasores industriales” concluye el estudio de Taçon y Chippindale sobre el arte parietal australiano (4). Cuando el conflicto emerge, la confrontación dura raramente más de media hora y, si se producía un muerto, las dos partes se retiraban (5).

El comportamiento de los pueblos primigenios de California era similar. Roeber ha señalado que sus enfrentamientos eran poco sangrientos, llegando a emplear flechas menos mortíferas para la guerra que para la caza (6).

El pueblo Wintu de California del Norte ponía fin a las hostilidades en cuanto había un herido (7). “la mayor parte de los californianos no eran militaristas en absoluto, no tenían ninguna de las capacidades requeridas para tener un horizonte militarista y su organización social no se lo permitía. Su sociedad no tenía las instancias necesarias para acción política colectiva, según la opinión de Turney-High (8). Larna Marshall describe que los ¡Kung no celebran ningún héroe ni ningún relato de batallas. Uno de ellos le comentó “los combates son muy peligrosos y alguien podría resultar herido” (9). George Bird Grinell en “Toque y arrancado de cabelleras entre los indios de las planicies” (10) explica que un golpe o simplemente tocando al enemigo con la mano o con un pequeño bastón era lo que más se valoraba (esencialmente no violento) en cuánto a valentía mientras que el hecho de arrancar cabelleras no estaba tan valorado.

La aparición de la guerra institucionalizada parece estar asociada a la domesticación y/o al cambio radical de la situación material de una sociedad. Esto sucede “solamente donde las bandas han sido atraídas hacia guerras con agricultores o pastores o producidas en un territorio que decrece continuamente. El primer signo arqueológico fiable de la guerra es la ciudad fortificada prebíblica de Jericó (7.500 AC). Al principio del neolítico se produjo un cambio relativamente repentino. ¿Que dinámica puede haber llevado a los pueblos a adoptar la guerra como institución social? Hasta ahora esta cuestión no ha sido explorada en profundidad por los arqueólogos.

La cultura simbólica parece haber emergido en el paleolítico superior o el neolítico y se ha establecido firmemente en todas las culturas humanas. El símbolo ha sido una manera de borrar lo particular reduciendo la presencia humana a algunos aspectos específicos. Es más fácil dirigir la violencia contra un enemigo anónimo que representa un cierto mal o amenaza definidos oficialmente. El ritual es la primera forma conocida de una actividad en el campo de lo simbólico: el simbolismo actuando sobre el mundo. Los restos arqueológicos sugieren que puede haber un ligamen entre el ritual y la aparición de la guerra organizada. Durante el período casi intemporal durante el cual los humanos no estuvieron interesados en dominar su ambiente, ciertos lugares eran especiales y se convirtieron en sagrados. Esto se desarrollo sobre un parentesco espiritual y emocional con la tierra, expresado como diversas formas de totemismo. El ritual comienza a apuntar, pero todavía no es central en las sociedades de recolectores organizadas en bandas. Emma Blake observa que “a pesar de que los pueblos del paleolítico practicaron rituales, los restos materiales más ricos datan del neolítico cuando el sedentarismo y la domesticación de plantas y animales aportaron cambios de perspectiva y de cosmología” (12). Fue en el paleolítico superior cuando ciertas tensiones provocadas por el desarrollo de la especialización se hicieron evidentes.

Se pueden medir las injusticias midiendo diferencias, como cantidades diferentes de bienes alrededor del fuego del campamento … como respuesta a estas diferencias ello el ritual parece haber jugado un rol social cada vez más importante. Como muchos han notado, el ritual en este contexto es una manera de abordar las deficiencias de cohesión o de solidaridad, Es un medio de preservar un orden social que se ha vuelto problemático.

Como Bruce Knauft ha hecho notar, “el ritual refuerza más allá de todo argumento o proposición generalizante (….) la aceptación cognitiva en profundidad del comportamiento conforme a estas proposiciones cosmológicas” (13). Así el ritual proporciona el cemento ideológico original para estas sociedades en busca de una legitimación. Las soluciones cara a cara se vuelven ineficaces en tanto que soluciones sociales cuando las comunidades se vuelven más complejas y ya, parcialmente, estratificadas socialmente. El simbolismo es una no-solución; en efecto es un modo de reforzar las relaciones y de una visión del mundo caracterizada por la desigualdad y la separación.

El ritual es por el mismo un poder, una forma primitiva de política. Entre el pueblo Maring de Papua Nueva Guinea, por ejemplo, las convenciones del ritual indican las funciones y papeles a falta de autoridades explícitamente políticas. Lo sagrado es pues una alternativa funcional a al política, las convenciones sagradas, en efecto, rigen la sociedad (14). La ritualización es claramente una estrategia primaria para incorporar las relaciones de poder. Además , la guerra puede ser una empresa sagrada, con el militarismo promovido ritualmente, bendiciendo el surgimiento de una jerarquía social. René Girard piensa que los rituales de sacrificio son necesarios para hacer frente a la agresión endémica a la violencia en la sociedad (15). El caso será más bien a la inversa: los rituales legitiman y promueven la violencia. Como dice Lienhardt de los Dinka, recolectores africanos, “hacer un festín o un sacrificio implica a menudo la guerra” (16). El ritual no reemplaza a la guerra, según Arkush y Stanish “la guerra, en todo momento y lugar tiene elementos rituales” (17).Subrayan que la dicotomía entre “la batalla ritual” y la “verdadera guerra” puede ser falsa, en resumen “la guerra destructiva y el ritual van mano con mano” (18).

Entre los apaches, por ejemplo, los más ritualizados eran los más agrícolas (19), pero el ritual está muy relacionado con la agricultura y la guerra, que a menudo están muy ligadas (20). No es raro encontrar la guerra como modo de aumentar la fertilidad de la tierra cultivada. La reglamentación ritualizada de la producción y de la agresividad significa que la domesticación se ha convertido en el factor decisivo. “ el surgimiento de la guerra sistemática, de las fortificaciones y de las armas de destrucción” dice Hassan “sigue el camino de la agricultura” (21). El ritual se transforma en sistema religioso, llegan los dioses y se exigen sacrificios.

“no hay ninguna duda de que todos los habitantes del mundo invisible están considerablemente interesados por la agricultura humana” hace notar el antropólogo Verrier Edwin (22). El sacrificio es un exceso de domesticación, implica a los animales domesticados y se produce solamente en las sociedades agrícolas. La masacre ritual, incluyendo el sacrificio humano es desconocida en las culturas no domesticadas (23).

El maíz en las Américas nos relata una historia parecida. Un aumento brusco del cultivo del maíz lleva emparejada la creación rápida de una jerarquía y la militarización de una buena parte de los dos continentes (24). Un ejemplo entre otros es la intrusión hacia el norte de los Hohokams, contra el pueblo indígena Ootams (25) del sur de Arizona, introduciendo la agricultura y la guerra organizada. Hacia el año 1000 AC el cultivo del maíz era ya dominante en todo el sudoeste acompañado de rituales durante todo el año, de sacerdotes, de conformidad social, de sacrificios humanos y de canibalismo (26), Es apenas una subestimación decir, con Kroeber que con el cultivo del maíz “todo el valor cultural cambia de sentido” (27).

Los caballos son otro ejemplo del estrecho ligamen que hay entre la domesticación y la guerra. Domesticados inicialmente en Ukrania alrededor del año 3000 AC, su cosificación ha alimentado el militarismo. Casi desde el comienzo han servido como máquinas, primordialmente como máquinas de guerra (28).

Los combates relativamente inofensivos entre los grupos descritos anteriormente dejan lugar a la masacre sistemática al mismo tiempo que la domesticación llevaba a una competencia creciente por la tierra (29). La lucha por nuevas tierras a explotar está extensamente aceptada como la principal causa de la guerra en el curso de la civilización. Una vez que los sentimientos de gratitud hacia una naturaleza que se da sin cuento y que el conocimiento de la interdependencia crucial de toda la vida son reemplazados por la cultura de la domesticación se da una nueva guerra, los humanos contra el mundo natural.

Esta lucha permanente por el poder sirve de modelo para las guerras que engendra constantemente. Hay una conciencia del precio exacto del paradigma de control, como se ha visto en la práctica extendida de la regulación simbólica o a las mejoras de la domesticación de los animales en los inicios del neolítico. Pero estos gestos no cambian la dinámica fundamental del trabajo, no más que preservan el valor fundamental de millones de años de práctica de los cazadores recolectores que mantenían un equilibrio entre población y subsistencia.

La agricultura intensiva ha significado más guerra. La sumisión a este modelo exige que todos los aspectos de esta sociedad formen una entidad integrada, sin muchas posibilidades de escapatoria. Con la domesticación, la división del trabajo produjo especialistas de la coerción a tiempo completo: por ejemplo hay evidencias de algún tipo de soldado en el 4.500 AC. Los jíbaros de la Amazonia que durante milenios formaron parte armoniosa de la comunidad biótica, adoptaron la domesticación y “elaboraron una revancha de sangre y de guerra hasta el punto de que estas actividades dan el tono de toda la sociedad” (30). La violencia organizada deviene dominante, obligatoria y normativa.

Las expresiones de poder son la esencia de la civilización, su centro principal, la regla patriarcal. Se puede pensar que la dominación masculina sistemática es un subproducto de la guerra. La subordinación ritual y la desvalorización de las mujeres es ciertamente el fruto de la ideología del guerrero que ha valorizado cada vez más las actividades masculinas y devaluado el papel de las mujeres.

La iniciación de los chicos es un ritual que sirve para producir un determinado tipo de hombres, un resultado que no está garantizado por el simple crecimiento biológico. Cuando la cohesión del grupo no puede ser considerada como fluyendo de el, se requieren instituciones simbólicas, especialmente para hacer avanzar la problemática de la guerra”. Según los juicios de Lemmonier “las iniciativas masculinas están esencialmente conectadas con la guerra” (31).

La poligamia, la práctica de un hombre tomando varias esposas es rara en las bandas de cazadores recolectores, pero es la norma en los pueblos que hacen la guerra (32). De nuevo la domesticación es el factor decisivo. No es solo una coincidencia que el ritual de circuncisión del pueblo Mérida de Madagascar culmina en paradas militares agresivas (33).

Hay diversos ejemplos de que las mujeres no sólo cazaban, sino que iban al combate (por ejemplo las amazonas de Daomey y ciertos grupos de Borneo) pero está claro que la construcción del género tiende hacia una dirección masculinista y militarista. Con la formación del estado, el estatus de guerrero era una condición común de ciudadanía, excluyendo a las mujeres de la vida política.

La guerra no es solamente un rito, habitualmente con numerosos dispositivos ceremoniales, es asimismo una práctica muy formalizada. Como el ritual mismo, la guerra se ejecuta a través de un intermediación de gestos, de posturas y de modos de hablar. Los soldados son idénticos y estructurados de una manera estándar. Las formaciones de la violencia organizada, con sus columnas y sus líneas son como la agricultura con sus surcos, clasificados sobre una cuadrícula (34). Controlados y disciplinados son también útiles para la ritualización de los comportamientos, que son siempre el medio para una gran construcción de la autoridad.

El intercambio entre las bandas del paleolítico funcionó menos como comercio (en el sentido económico) que como intercambio de información. Los encuentros periódicos de bandas fueron la ocasión de matrimonios y un seguro contra los déficits de recursos. No había una diferenciación clara entre las esferas social y económica.

Igualmente emplear la palabra “trabajo” es falaz en ausencia de producción o de producto. Mientras el territorio fue parte básica de la actividad del cazador recolector no hay ninguna evidencia de que le haya llevado a la guerra (35).

La domesticación erige las fronteras rígidas del excedente y de la propiedad privada, con la posesividad concomitante, la hostilidad y la lucha por la propiedad. Incluso los mecanismos conscientes que atenúan las nuevas realidades pierden su fuerza. En “The Gift” Gauss descrito el intercambio como una guerra pacíficamente resuelta y la guerra como el resultado de transacciones no exitosas. También ve el potlach como una especia de guerra subliminal. (36)

Antes de la domesticación, las fronteras eran fluidas. La libertad de abandonar una banda por otra formaba parte integral de la vida del cazador recolector. La integración más o menos obligatoria exigida por las sociedades complejas prepara el terreno propicio para la violencia organizada. En muchos lugares las jefaturas nacieron de la supresión de la independencia de las comunidades más pequeñas. La centralización proto-política en las américas fue a menudo impulsada por las tribus que intentaban desesperadamente confederarse para combatir al invasor europeo.

Las civilizaciones antiguas fueron creadas en función de la guerra y se puede decir que la guerra es a la vez la causa y el resultado de este estado. No ha cambiado gran cosa desde que la guerra fue instituida por primera vez, enraizada en el ritual y encontrando tierra abonada en la domesticación. Marshall Sahlins en precisar que el crecimiento del trabajo sigue al desarrollo de la cultura simbólica. Puede decirse que la cultura engendra la guerra, a pesar de las declaraciones contrarias. Después de todo el carácter impersonal de la civilización se desarrolla con el surgimiento de lo simbólico. Los símbolos (por ejemplo las banderas nacionales) permiten a nuestra especie deshumanizar a nuestros semejantes, lo cual autoriza la carnicería sistemática ínter especifica.

John Zerzan.

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Traducción al francés desde el original inglés aparecido en Green anarchy #21 autumn /winter 2005-2006 por libertad de la web anarca http://endehors.org, retraducido al castellano por llavors d’anarquia…. Primavera de 2006.


*NdT : date au radiocarbone B.C ( Before Christ )

Notas

1 I Eibl-Eibesfelt, "Aggression in the !Ko-Bushmen," in Martin A. Nettleship, eds., War, its Causes and Correlates (The Hague: Mouton, 1975), p. 293.
2 W.J. Perry, "The Golden Age," in The Hibbert Journal XVI (1917), p. 44.
3 Arthur Ferrill, The Origins of War from the Stone Age to Alexander the Great (New York: Thames and Hudson, 1985), p. 16.
4 Paul Taçon and Christopher Chippindale, "Australia's Ancient Warriors: Changing Depictions of Fighting in the Rock Art of Arnhem Land, N.T.," Cambridge Archaeological Journal 4:2 (1994), p. 211.
5 Maurice R. Davie, The Evolution of War: A Study of Its Role in Early Societies (New Haven: Yale University Press, 1929), p. 247.
6 A.L. Kroeber, Handbook of the Indians of California: Bulletin 78 (Washington, D.C.: Bureau of American Ethnology, 1923), p. 152.
7 Christopher Chase-Dunn and Kelly M. Man, The Wintu and their Neighbors (Tucson: University of Arizona Press, 1998), p. 101.
8 Harry Holbert Turney-High, Primitive War: Its Practice and Concepts (Columbia: University of South Carolina Press, 1949), p. 229.
9 Lorna Marshall, "Kung! Bushman Bands," in Ronald Cohen and John Middleton, eds., Comparative Political Systems (Garden City: Natural History Press, 1967), p. 17.
10 George Bird Grinnell, "Coup and Scalp among the Plains Indians," American Anthropologist 12 (1910), pp. 296-310. John Stands in Timber and Margot Liberty make the same point in their Cheyenne Memories (New Haven: Yale University Press, 1967), pp. 61-69. Also, Turney-High, op. cit., pp. 147, 186.
11 Ronald R. Glassman, Democracy and Despotism in Primitive Societies, Volume One (Millwood, New York: Associated Faculty Press, 1986), p. 111.
12 Emma Blake, "The Material Expression of Cult, Ritual, and Feasting," in Emma Blake and A. Bernard Knapp, eds., The Archaeology of Mediterranean Prehistory (New York: Blackwell, 2005), p. 109.
13 Bruce M. Knauft, "Culture and Cooperation in Human Evolution," in Leslie Sponsel and Thomas Gregor, eds., The Anthropology of Peace and Nonviolence (Boulder: L. Rienner, 1994), p. 45. 14 Roy A. Rappaport, Pigs for the Ancestors: Ritual in the Ecology of a New Guinea People (New Haven: Yale University Press, 1967), pp. 236-237.
15 René Girard, Violence and the Sacred, translated by Patrick Gregory (Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1977). Like Ardrey and Lorenz, Girard starts from the absurd view that all social life is steeped in violence.
16 G. Lienhardt, Divinity and Experience: The Religion of the Dinka (Oxford: Oxford University Press, 1961), p. 281.
17 Elizabeth Arkush and Charles Stanish, "Interpreting Conflict in the Ancient Andes: Implications for the Archaeology of Warfare," Current Anthropology 46:1 (February 2005), p. 16.
18 Ibid., p. 14.
19 James L. Haley, Apaches: A History and Culture Portrait (Garden City, NY: Doubleday, 1981), pp. 95-96.
20 Rappaport, op.cit, p. 234, for example.
21 Quoted by Robert Kuhlken, "Warfare and Intensive Agriculture in Fiji," in Chris Gosden and Jon Hather, eds., The Prehistory of Food: Appetites for Change (New York: Routledge, 1999), p. 271. Works such as Lawrence H. Keeley, War Before Civilization (New York: Oxford University Press, 1996) and Pierre Clastres, Archaeology of Violence (New York: Semiotext(e), 1994) somehow manage to overlook this point.
22 Verrier Elwin, The Religion of an Indian Tribe (London: Oxford University Press, 19550, p. 300.
23 Jonathan Z. Smith, "The Domestication of Sacrifice," in Robert G. Hamerton-Kelly, ed., Violent Origins (Stanford: Stanford University Press, 1987), pp. 197, 202.
24 Christine A. Hastorf and Sissel Johannessen, "Becoming Corn- Eaters in Prehistoric America," in Johannessen and Hastorf, eds., Corn and Culture in the Prehistoric New World (Boulder: Westview Press, 1994), especially pp. 428-433.
25 Charles Di Peso, The Upper Pima of San Cayetano de Tumacacori (Dragoon, AZ: Amerind Foundation, 1956), pp. 19, 104, 252, 260.
26 Christy G. Turner II and Jacqueline A. Turner, Man Corn: Cannibalism and Violence in the Prehistoric American Southwest (Salt Lake City: University of Utah Press, 1999), pp. 3, 460, 484.
27 A.L. Kroeber, Cultural and Natural Areas of Native North America (Berkeley: University of California Press, 1963), p. 224. 28 Harold B. Barclay, The Role of the Horse in Man's Culture (London: J.A. Allen, 1980), e.g. p. 23.
29 Richard W. Howell, "War Without Conflict," in Nettleship, op.cit., pp. 683-684.
30 Betty J. Meggers, Amazonia: Man and Culture in Counterfeit Paradise (Chicago: Aldine Atherton, 1971), pp. 108, 158.
31 Pierre Lemmonier, "Pigs as Ordinary Wealth," in Pierre Lemonnier, ed., Technological Choices: Transformation in Material Cultures since the Neolithic (London: Routledge, 1993), p. 132.
32 Knauft, op.cit., p. 50. Marvin Harris, Cannibals and Kings (New York: Random House, 1977), p. 39.
33 Maurice Bloch, Prey into Hunter: The Politics of Religious Experience (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), p. 88.
34 The "rank-and-file" of organized labor is another product of these originals.
35 Robert L. Carneiro, "War and Peace," in S.P. Reyna and R.E. Downs, eds., Studying War: Anthropological Perspectives (Langhorn, PA: Gordon and Breach, 1994), p. 12.
36 Cited and discussed in Marshall Sahlins, Stone Age Economics (Chicago: Aldine, 1972, pp. 174, 182.