martes, julio 27, 2010

Panfleto N78

Alguien dijo que cuando no hubiese nada qué comer tendríamos que comernos los billetes, sin embargo, hoy en día eso es precisamente lo que comemos, billetes, dinero, físico, plástico, prestado, empeñado; si no tienes dinero ¿qué vas a comer?, solamente te queda el basurero, o el exilio… ¿exilio?... en lugar de quedarte comiendo mierda en los callejones urbanos, podrías tomar la opción de exiliarte al campo, sí, eso es, a la campiña, al sueño bucólico… pero, ¿en qué lugar? Cuando pasas en un automóvil por la carretera y ves el campo parece inhabitado, disponible para ti, y sin embargo cuando apenas clavas la primera estaca de tu tienda lo más seguro es que aparezca alguien con una escopeta a sacarte de allí; vaya, ¡y aquí sólo hay pasto!, donde la comida está la cuestión se vuelve más compleja aún. Sí, claro, aún queda la selva, el sueño salvaje indigenista, y sin embargo, ¿cómo sobrevivirás a la selva? ¿Con unos cuantos capítulos de series de supervivencia de Discovery Channel?, ¡buena suerte! Si tuviese un equipo de producción y me pagaran millones por comer unos bichos yo también lo haría, pero incluso estos programas siempre muestran la forma de llegar a la civilización, nunca de cómo vivir en estado salvaje. Las guerrillas sobreviven en la selva gracias a las redes de contactos que les permiten comprar alimentos, los indígenas horticultores tienen milenios de experiencia, ¿la ganarás tú en unos cuantos días? La comunidad es fundamental para la supervivencia, el bunker del Unabomber no es más que un aislamiento voluntario y poco menos que insano, la comunidad te permite sobrevivir de la manera deseable, esto es, feliz, riendo diariamente, soñando, planeando y resolviendo problemas. Pero volviendo al tema, ¿cómo entonces puedo sobrevivir sin dinero?, la respuesta es corta y cruel: No Puedes, nadie puede vivir sin dinero, la civilización nos quitó la posibilidad de sobrevivir por nuestros propios medios, nos volvió aún más débiles con respecto a las demás especies, absolutamente indefenso en un medio no esterilizado, con la piel cada vez más sensible, con la incapacidad de correr y mantener la fortaleza en jornadas largas, ¿Quién logrará agotar a una gacela en medio del desierto al estilo de nuestros cazadores primigenios? El problema no es cómo vivir sin dinero, la cuestión es acabar de una vez con todas con la raíz del dinero, del número, del lenguaje comercial, sexista, dominante, jerarquizador, hay que destruir, quemar, incendiar, generar una gran capa de humo que oculte el sol y nos haga luchar un hermoso invierno donde solamente algunos sobrevivirán, pero al final la primavera hará que las praderas y los bosques rompan las autopistas y el mar recobre el lugar que ocupan los diques, nuevos albergues en medio de edificios inútiles para aves, roedores y cazadores; y el hombre, volviendo a las praderas, al lado de los ríos, haría uso de su capacidad de generar mitos para reírse de sus débiles antepasados que se alimentaban de papeles impresos.