lunes, mayo 29, 2006

ANARQUÍA HIC ET NUNC

x Chaparrón Bonaparte

Uno de los compromisos más difíciles de asumir por parte de aquellxs que nos reivindicamos como partidarixs del anarcoprimitivismo o del anarquismo salvaje o como quiera llamársele, es la aplicación de la teoría en el aquí y ahora, en nuestra vida cotidiana. Obviamente esta aplicación no es un "renunciar" a la vida civilizada y "acoger" la vida salvaje de un día para otro como quien pasa de fumar droga en la calle y se pone un traje al otro día para ir al templo evangélico, cuando hablo de aplicar la teoría en la vida cotidiana afirmo que hay que ejercer la anarquía cada día en un modo cada vez más radical, como quien educa el cuerpo para que pueda levantar cada día más peso o caminar distancias más largas (no hablemos de quienes educan el cuerpo para comer menos o pasar más tiempo despiertos).

Si quieres dejar de trabajar pues tendrás que hacer algo que te permita vivir ociosamente, pero dejar de trabajar no es como dejar de consumir o dejar de estudiar, esas son pequeñas liberaciones pero no son cambios radicales. Cuando asumes dejar de trabajar debes someterte a un disciplinado y riesgoso plan para el desorden, es tu lucha individual contra el monstruo del trabajo asalariado, del empleo e incluso del trabajo a destajo. Debes asumir que tienes que okupar, que tienes que robar ("liberar productos" es una forma políticamente correcta de decirlo), que tienes que comenzar a conseguir tus alimentos de otra forma y de suplir tus necesidades sin o con muy poco dinero; pero necesitas algo de dinero, por lo menos un poco, no siempre te vas a poder movilizar en bicicleta o a pie, no puedes robar siempre todo lo que comes, cuando seas desalojado de tu casa ocupada no puedes vivir en la calle…

Cuando hablo de vivir la anarquía en el día a día no me refiero al "no futuro" punk y su exaltación de la indigencia y la autodestrucción, no hablo de que tengas que vivir mal, ni que tengas que pasar necesidades, no tienes que dejar de comer, ni de hacer lo que te gusta, es más, si te gusta ver televisión pues síguelo haciéndolo, si te cuestionas sobre como llegar a la anarquía no creo que ver "televisión burguesa", como la llaman los izquierdistas, sea el fin del mundo.

En cierta medida somos adictos al sistema, dejar muchas cosas nos va a producir poco menos que un síndrome de abstinencia; el problema, creo yo, es que como anarquistas nos quedamos mucho en la renuncia y poco hacemos por construir la anarquía; aún somos muy religiosos en este aspecto (y muchos más). Nos encanta renunciar a cosas muy visibles: dejamos de usar champú e incluso dejamos de bañarnos, renunciamos a la televisión aunque a veces queramos verla, renunciamos a las bebidas y comidas industrializadas, o renunciamos a la compra de productos animales y nos volvemos veganxs, renunciamos a los espectáculos públicos, renunciamos a ir a la iglesia… eso es fácil, y en ocasiones, si lo que buscas es simplemente unirte a un grupo seguramente estas renuncias lo que harán es que te vuelvas un ser resentido con aquellos que no han renunciado, como el monje que de verdad renunció al sexo y odia al lascivo.

En realidad creo que no deberíamos renunciar a nada a menos que sea placentero para nosotrxs, si nos sentimos mejor con esa renuncia entonces lo mejor es hacerla. Por ejemplo, si amas a los animales de seguro te sentirás mejor si renuncias a la compra de artículos hechos con animales o que hayan sido probados en ellos, o si eres feminista de seguro te sentirás mejor si renuncias a la televisión donde la representación de la sociedad patriarcal es dominante, o renunciarás al cine basura y solamente verás películas políticamente correctas.

Lastimosamente, aunque esta forma de renuncia es muy fácil, por lo general preferimos las renuncias que nos hacen daño, nos autoflagelan o nos martirizan. Si te duele es bueno, esa es la consigna. Ya Kaczynski trabajó ampliamente este problema del masoquismo izquierdista por lo que no pienso ampliar esto aquí, además es bastante visible y para cualquiera que haya pertenecido o pertenezca a uno de estos grupos no le estaré hablando de algo extraño.

A lo que quiero llegar es que muchas veces la anarquía se convierte para nosotrxs en una acumulación de renuncias autodestructivas donde es más anarquista el que más renuncias tenga en su haber (y si aparte ha sido martirizado por el sistema es poco menos que un héroe) Entonces, para muchxs, la anarquía se representa poco menos que como un monasterio donde a lo único que no se renuncia es al sexo (siempre y cuando surja en un contexto de igualdad de género). No sé, pero si eso es la anarquía no creo que nadie quiera apuntársele, es más, creo que si esa es la anarquía habría que obligar a la gente a que viviese a un mundo así.

Esta representación de la anarquía no es un problema insondable, es tan sólo un problema heredado de décadas de izquierdismo mezclados con una fuerte ética cristiana (y no me vengan con que ser atex es condición suficiente para no tener una ética cristiana, ojo con eso) por lo tanto es algo que podemos solucionar si mejoramos nuestra visión de los objetivos inmediatos que podemos obtener, del futuro inmediato que queremos.

La izquierda históricamente ha dejado para mañana el futuro (y ni que decir del comunismo que lo dejó para pasado mañana), y esto es lo que hace que la mayoría de los militantes de izquierda sean al final unxs resentidxs de la revolución, acostumbrados a la derrota estallan algún día y se vuelven fascistas, simplemente descartan la posibilidad de ese futuro al cual no vieron ni de lejos; y ni qué decir de la crisis emocional que sufrió la izquierda cuando el espejismo de futuro que tenían se cayó junto con un muro de cemento (tan fuerte sería) y entonces resultó que la Canaán que les habían mostrado no era más que una maqueta hecha de cartón.

Si dejamos para mañana el futuro simplemente seguiremos renunciando y renunciando a cosas visibles sin profundizar nunca la acción. Nuestra vida diaria puede ser una insurrección continua o el ascenso voluntario al Gólgota, y esa es una elección individual. ¿Por qué mejor en lugar de renunciar a comer en Mc Donnalds no pensamos en como renunciar a nuestros trabajos? ¿Por qué mejor en lugar de renunciar a estudiar ingenierías o ciencias duras no renunciamos a estudiar en cualquier tipo de institución? ¿Por qué mejor en lugar de renunciar a comer alimentos genéticamente modificados no renunciamos a comer cualquier tipo de alimento que no haya sido producido por nosotrxs mismxs? Simple y sencillamente porque esas son decisiones riesgosas, decisiones que implican el futuro, que lo cambian y que posiblemente no se podrán remediar; estas son decisiones que no implican solamente la simple supervivencia, implican así mismo aspectos emocionales y culturales, asumir decisiones radicales de este tipo no es una cosa fácil donde el principal campo de batalla es nuestra propia cabeza.

Estas acciones no son renuncias en cuanto tales, cuando renuncias simplemente dejas algo y dejas de recibir lo que esto te daba, no lo cambias por algo mejor: si renuncias a tener dinero sólo ganas vivir sin dinero, ¡la renuncia siempre es negación y vivir en términos negativos es algo enfermo! Dejemos entonces de hablar de renuncia y asumamos que vamos a rechazar en nuestras vidas cotidianas un elemento (no una manifestación) del sistema para ganar un elemento de la anarquía. Esto no es algo que podamos tratar aquí con teoría de conjuntos o algo así (por lo menos dentro de mi pobre concepción de la teoría de conjuntos y las matemáticas), no quitamos algo del conjunto sistema y añadimos uno al conjunto anarquía; si ni siquiera sabemos bien qué es la anarquía cómo vamos a saber si estamos añadiendo uno o dos manifestaciones o elementos… Este no es un proceso cuantificable, a duras penas es cualificable y se siente más de lo que puede ser expresado por palabras u otro sistema simbólico.

Entonces, reconocemos ciertos elementos que consideramos claves dentro del sistema capitalista, los cuales varían según la tendencia en la cual estemos vinculadxs. Tomemos uno de esos elementos claves y analicémoslo para hacernos una idea de lo que estamos hablando. Como el escritor es dictador sobre el lector yo escojo (porque no sé cual escogería usted) el trabajo; para nosotrxs el trabajo es poco menos que un castigo (como dice Benny More en el negrito del batey); el trabajo ha sido duramente cuestionado desde los anarquistas clásicos hasta los posmodernos pasando por los situacionistas y los anarcoprimitivistas; obviamente no sólo lxs anarquistas lo han criticado y rechazado, marxistas como Paul Lafarge son grandes exponentes de las posiciones antitrabajo. No voy a entrar aquí en el debate sobre el rechazo del trabajo, debate sobre el cual existe buen material que ronda por todo el Internet; simplemente diré que soy partidario de que la anarquía incluye el no-trabajo.

Ya que hemos tomado la decisión de dejar de trabajar, decisión sumamente placentera pero altamente riesgosa, entonces entremos a valorar sus implicaciones. Dejar de trabajar SI es empezar a ser perezosx y ociosx, sólo a lxs patronxs les puede molestar que una persona descanse, de por sí hay comunidades donde se trabaja intermitentemente tres horas y media al día ¡como máximo!; eso de repetir la misma tarea una y otra vez durante nueve o más horas por seis o más días es poco menos que enfermizo. Bueno, ya, entremos en materia: el problema se plantea en que vamos a rechazar el trabajo para recibir el ocio y la pereza, vamos a quitar un elemento del sistema de nuestras vidas cotidianas y esperaremos construir un elemento de la anarquía en estas. Pues bien, dejar de trabajar no es una cuestión que simplemente conlleve pasar una carta de renuncia: desemplearse no es dejar de trabajar. Si no estamos preparadxs para asumir el control de nuestra vida cotidiana al momento de rechazar el trabajo simplemente vamos a fracasar y tendremos que volver a buscar trabajo (… y con lo difícil que está hoy en día encontrar un empleo…) Así que antes de decidir tomar unas vacaciones no pagas es mejor analizar detenidamente el problema.

Como dejar de trabajar no es lo mismo que dejar de tomar Coca-Cola pues habrá que sentarnos un momento. Desemplearnos no es un problema, con la situación de paro de hoy día nadie es indispensable; ¿en donde entonces radica el problema? En la posibilidad de asumir o no el control económico de nuestra vida cotidiana. El sistema nos limita a que solamente tenemos una posibilidad económica: el trabajo, la venta de nuestra fuerza de trabajo. Bueno, usemos nuestra fuerza de trabajo para nosotrxs mismxs, eso es lo que implica, a vuelo de pájaro, el control económico de nuestra vida cotidiana. Ahora, ¿Cómo hacemos para que nuestra actividad económica independiente no se convierta en la venta de juguetes chinos en un semáforo? Y ahí es donde está el problema porque no existe una respuesta que le sirva a todxs, no voy a decir tampoco que "hay una respuesta para cada unx" porque no es así, hay muchas posibilidades, sí, pero tampoco son tantas como para que haya una por cada anarquista.

El problema se complica si queremos ser políticamente correctos (y lo será), porque entonces se limitan las posibilidades económicas. Si nuestra visión económica de la anarquía impide el manejo de dinero entonces tendremos que buscar como construimos una red de trueque, si además implica el respeto a la "dignidad animal" (me "encanta" ese concepto :) ) entonces no podrás trocar objetos que impliquen un maltrato animal, y así, en tanto seas más o menos correcto políticamente más amplias o más estrechas serán tus posibilidades de autogestión (eso puede ser una ventaja si tienes pensado una gran cantidad de proyectos ya que podrías escoger el correcto por simple descarte)

Dejar de trabajar implica necesariamente comenzar a producir, por eso es tan importante la capacidad de asociación solidaria, no tanto porque sea políticamente correcta o porque el individuo no pueda hacer nada sin el colectivo sino porque así es más fácil. No vayas a caer en el error de crear una microempresa, el sentirse capitalista pequeñitx corrompe hasta ala más durx de nuestrxs compañerxs; el sistema cooperativista es interesante e incluso es una buena opción, según lo considero, para alejarse del trabajo asalariado siempre y cuando lxs miembros de la cooperativa no caigan en los típicos vicios capitalistas de la sobreproducción y la hiperrentabilidad. Una de las cosas que debemos quitarnos dentro de nuestra concepción de la producción son justamente los valores que el capitalismo considera implícitos a ella: la búsqueda constante del aumento de la producción y la rentabilidad; para nosotrxs lo que debe buscar la producción para el no-trabajo es producir lo menos posible y obtener la rentabilidad necesaria, ¿y cual es la rentabilidad necesaria? Aquella que nos permita vivir dignamente. Y esta rentabilidad puede estar representada en dinero o en especie, incluso en servicios, depende solamente de cómo podamos manejar la producción.

Lxs participantes de este proceso de producción no deberían dividirse el trabajo al modo capitalista, o por lo menos solamente al principio, lo ideal es que todxs participen en la concepción del producto y sepan como hacer cada una de las acciones que son necesarias para construir el producto, esto es, necesitamos eliminar de tajo la alienación del producto que produce la fábrica capitalista; esto es, cada uno puede hacer una actividad en concreto un tiempo que puede agilizar el trabajo, pero esto deberá desaparecer gradualmente, ¿Cómo?, no lo sé, pero es deseable que esta división del trabajo se destruya y sobre todo que no se reproduzca dentro de los proyectos productivos anarquistas. El que cada unx de lxs participantes sea capaz, tanto como cualquier compañerx de elaborar el producto en su totalidad es una forma de impedir la reproducción del modelo capitalista de división del trabajo.

Tampoco sería recomendable dedicarse a la producción de un solo objeto, lo ideal es aprender a hacer el mayor número de objetos posibles, y sobre todo aprender a hacer la mayor cantidad de objetos que nosotrxs mismxs usemos. Lo ideal es producir objetos que satisfagan nuestras necesidades reales: ropa, calzado, cobertores, hamacas, maletas, sombreros, muebles, entre los más básicos; pero también es bueno producir parte de nuestros alimentos, aprender a realizar construcciones de pequeños edificios, construir aparatos que nos permitan producir algún tipo de energía, hacer vehículos simples impulsados por fuerza humana como bicicletas o carros de pedal, etc. En síntesis la producción de lxs personas vinculadas al proyecto no se debería limitar a lo que van a comerciar o trocar, debería centrarse más en producir los elementos materiales que necesita el grupo y ver cuales de ellos son fácilmente producibles en pequeñas cantidades que generen una rentabilidad suficiente.

La idea es justamente depender lo menos posible de la tecnología del sistema para nuestro autosostenimiento económico; por ejemplo, si sabemos hacer ropa lo mejor sería aprender además a hacer telas, y mejor aún, aprender a obtener fibras naturales para hacer estas telas; si aprendimos a hacer zapatos por qué no aprender a curtir los cueros sin elementos químicos, y aún mejor, por qué no inventar un diseño que no necesite la utilización de cueros (por ejemplo uno que use fibras de fique o mezclilla proveniente de pantalones usados); y así con todas las demás cosas. Miremos qué necesitamos en una casa, cuando tu okupas una casa esta no está amoblada, si podemos reciclar elementos no nos neguemos a ello, por ejemplo una cocina o una mesa vieja, pero si no los tienes o no los puedes conseguir ¿para qué organizar un concierto para ello? Por qué no mejor buscar una forma de construir una cocina o de hacer una mesa nueva; ¿no es interesante que la casa ocupa tenga una vajilla propia hecha por lxs mismxs okupantes jugando a ser alfareros?, necesitamos contratar a alguien para que haga los arreglos y conexiones ilegales en la casa o podemos aprender a hacerlos nosotrxs mismxs. El capitalismo le ha quitado al obrero la creatividad, cuando rechazamos al trabajo entonces debemos desarrollar al máximo nuestra creatividad, porque, créelo o no, de ella depende nuestra supervivencia.

Obviamente dejar de trabajar implica muchas más cosas, implica enfrentarte a un mundo en el cual todas las acciones de vida se miden en términos de éxito y fracaso (valorados según la mentalidad capitalista), el simple hecho de que seguramente serás juzgado como un vago o un loco te podría incomodar, pero verás que en tanto más asumas el control de tu vida cotidiana menos te afectarán las representaciones sociales de la anarquía. Es muy probable además que tu acción se extienda a la comunidad donde vives, ya sea por curiosidad de las personas que viven a tu alrededor, o porque algunxs decidieron realizar un proyecto similar o porque construyes proyectos que te enlazan con otros que llevan a cabo algunxs miembros de la comunidad donde vives; es también probable que participes en acciones públicas de protesta, defensa o consecución de algo; por ello es muy probable que no todo sea un idilio (de por sí el proceso de asumir el control económico de tu vida cotidiana no es, pero para nada, un idilio), tal vez seas atacado por fuerzas del estado legales o ilegales o por partidarios de ideologías fascistas, por lo que debes aprender a escapar y atacar, lo ideal no es ser un mártir, por lo que debes escapar y aprender a sobrevivir en otros espacios, no puedes echar raíces en un lugar en concreto, tan sólo con el hecho de que te pueden desalojar en cualquier momento, ama cualquier proyecto como si fuese el último pero no temas abandonarlo si debes o quieres hacerlo… si pasan unxs amigxs en una camioneta y te ofrecen ir a otro lugar que no sean las raíces las que te impidan acompañarlxs.

Como ves, el simple (!!) hecho de rechazar el trabajo conlleva una serie de ganancias en tu construcción individual de la anarquía que igualmente colaboran en la construcción social de la misma; no necesitas esperar una insurrección general o a que todo el mundo esté de acuerdo; no necesitas analizar profundamente qué consecuencias tendrán tus acciones para el "movimiento" u otros sectores en lucha; de nadie depende más que de ti mismo el decidirte a asumir rupturas radicales con el sistema; y como sabes las rupturas con el sistema no implican sólo romper con el trabajo, así mismo es necesario romper con la educación institucionalizada, con la organización, con la tecnología, con la medicina clínica, con la ciencia y el cientifismo, con el patriarcalismo, y con muchos otros elementos del sistema, algunos más fáciles de romper que otros.

La propuesta, en general, consiste solamente en la ejecución de la anarquía en el aquí y ahora, como individuos, parejas, colectivos, grupos, comunidades o como sea, pero romper con la realidad impuesta con el capitalismo en el día a día. Nuestra vida es un gran campo de batalla, lo ideal sería que se convirtiera en un espacio de combate tan romántico como lo fue en su momento el monte para lxs guerrillerxs.

Bucaramanga, 26 de enero de 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uyyy q ladrillote tal como me gustan!

El AzKíN dijo...

jajajaja, sí, puede ser... en realidad estos textos s verían mejor en una página web... pero nos dió pereza hacerla así que, ni modo, ladrillos en Blog :P